He vuelto de Oslo con una sensación agridulce de haberlo pasado estupendamente de haberme sentido querido y valorado y también de que se ha acabado este curso que aunque tenemos proyectos prometedores este ya terminó.
Lo cierto es que como en todos los países que estoy visitando para realizar cursos me he encontrado de maravilla. Rencontrándome con viejos amigos y haciendo nuevos. Más 50 personas pasaron por el tatami más los veintitantos infantiles, distintas sesiones dedicadas a temas diferentes.
En cuanto al entrenamiento pues bueno más de eso a lo que me dedico pedagogía, metodología. Comparativa del Nanbudo con su familia más directa. Desmontar las técnicas viciadas por la competición volviéndolas hacia la tradición, hacía el bunkai o a la realidad de un enfrentamiento.
Cuatro sesiones de más de 2 horas que los que me conocéis no dieron para mucho pero creo que a los senseis noruegos les he dejado un montón de deberes.
Como vengo diciendo en estos seminarios Please help me save the Nanbudo. Por favor ayudarme a salvar el Nanbudo de la mediocridad para eso los profesores debemos estudiar, practicar, tecnificarnos. Tenemos un estilo muy completo pero también muy complejo y por tanto si uno no profundiza se queda sólo en algo falto de contenido.
Preguntad cada cosa que dudéis y lo que no parezca lógico que os lo aclaren en Nanbudo nada es nada todo significa algo. Es un estilo coherente en sus formas y su fondo pero debemos conocerlos para poder respetarlos.
Sólo dar las gracias a Martin y Marianne que hicieron de anfitriones de mi visita comimos pescado fresco visitamos museos y el parque con sus impresionantes estatuas. Pude compartir cama no con uno sino con dos gatos también más importante compartí mesa con gente estupenda que me abrió su casa, sus experiencias, sus anhelos y sus dudas.
Gracias otra vez a KarateKlubbOslo por haberlo hecho posible y sí prometo que cuando sea mayor me compraré una sauna para después de entrenar eso si que es vida.