Un año más hemos vuelto de Playa de Aro con sabores agridulces.
El curso en líneas generales estuvo bien, la gente maja, el calor muy intenso y el retorno en alguna de las sesiones a los entrenamientos de antaño. Aquellos de los años 80 que veía desde la toalla, a veces debajo de un pocho impermeable dependiendo del "orache" mientras mi padre y mi hermana entrenaban. Y eso me llevó a la nostalgia de los tiempos pasados, la "viejera" es así.
Agridulce digo ya que desde mi recuerdo, en el 82 desembarcó la familia Medina por estas calas, ha pasado mucha gente y pocos han quedado y ni todos los que se fueron eran los peores ni todos los que se quedaron eran los mejores, como la vida misma, como las mejores familias. Algunos me marcaron más que otros y ahora cosas del correr del tiempo y la constancia, me veo siendo uno de esos "viejos" que andan con su gi dando explicaciones, (o contando historietas). Este año los pasos de grado fueron contados un 1º dan, un 2º dan y un 7º dan, que agradezco por el cariño con el que se me concedió y el cariño de los que lo celebraron, pero la carga es pesada y la responsabilidad es grande.
Sólo deseo cubrir las expectativas de los que me aprecian de forma sincera y poder aportar, desde mi visión particular del Budo, para que nuestra escuela se enriquezca, aportar armonía para que nuestra escuela se cohesione. Pero todos esos deseos de poco valdrán sino aupamos todos el hombro como iguales, como estudiantes de una vía, linda como otras tantas pero que es la que nosotros hemos elegido.
Espero que mis mentores se puedan sentir orgullosos de mi progreso allá donde estén y que lo que me enseñaron sea capaz de trasmitirlo, se que mis compañeros, los de siempre están contentos, se que mis alumnos, los del dojo pequeño, humilde y de pueblo (que no bajan la cara sólo para el saludo"rei") están orgullosos pero eso no basta.
Es el momento de aportar a propios y a extraños y eso pesa. Es difícil meterse en el mundo de los intereses, los egos, los malentendidos e intentar que la armonía no se rompa, que tus actos no se conviertan en agravios y que la relativa paz de ser de dojo pequeño no se vea distorsionada.

Agradezco pues la confianza depositada en mi para esta temporada que viene, en la que a falta de cerrar detalles, acudiré a 5 países diferentes a dar mis conocimientos. Muy agradecido ya que estas invitaciones fueron confirmadas antes de este paso de grado y por tanto muchos de ellos llamaban a un igual o un inferior en la jerarquía de grados.  Y eso es de agradecer ya que no todo el mundo tiene ese punto de valor, de humildad y coherencia para con sus alumnos.


Empezábamos el texto con nostalgia, pero también esperanza. En este curso de Playa de Aro que nos encontrábamos los Medina (Salvai bien sur), la tercera generación en la arena con el mismo sudor, el mismo ímpetu, la nueva generación que se abre camino y que nos hace a un lado para que sean ellos los que sigan esta vía, Boris, Alex y Acher que cerraron el curso con su demostración del Tomoe nage bajo la tierna mirada de Stephan y Yoshinao Doshu que los miraban como si vieran a Martita y Checho como si vieran al Doctor Carlos. Como si la historia se repitiera como si el tiempo pasara deprisa pero estuviera detenido.
Nanbudo Playa de aro 2015